DANIELA El delirio: Teorico

Teorico


La anécdota es simple: Elisheva, la esposa de Shaul se ausenta de casa cada tarde para ir a nadar, o eso es lo que ella dice. Deja el apartamento con una bolsa de gimnasia en bandolera y vuelve al cabo de una hora con el pelo mojado y el rostro relajado# A partir de ahí, Shaul imagina cosas bien distintas: ve a su esposa con otro hombre, nota sus caricias, oye sus palabras, sabe #como todos los seres celosos creen saber- que con ese hombre Elisheva se atreverá a juegos que nunca ha experimentado con él. El delirio llega a tal punto que Shaul nos convence a todos de que el adulterio es real, y seguiremos a ese marido despechado en un viaje nocturno que supuestamente le llevará al escondrijo donde se refugian los amantes. Quien le acompaña es su cuñada Esti, una mujer de mediana edad que se embarca en esa aventura sin saber bien qué le espera. Ella conduce, él está echado en el asiento trasero, y así, sin mirarse, cada cual cuenta su historia con esa soltura con que a veces nos sinceramos con un viajero que casualmente comparte nuestro asiento en un tren. Al final, poco importa si de verdad este hombre desesperado encontrará a los amantes. La realidad pura y dura es lo de menos; lo que queda y cala hondo es el dolor de un ser humano que necesita del de un rival para definirse a sí mismo y definir su mundo. #Las descripciones de Grossman son profundamente eróticas, estremecedoras por sus detalles físicos. Sus frases son vertiginosas, e mbriagadoras.# The New York Times Book Review


«Todos los secretos están guardados en un mismo cajón, el cajón de los secretos, y si develas uno, corres el riesgo de que pase lo mismo con los demás.»
Un hombre regresa a casa después de un corto viaje de negocios y encuentra que su esposa ha enloquecido completamente. No tiene idea de qué le ha podido ocurrir durante los tres días de su ausencia, y con el fin de ayudarla a salir de la crisis empieza a investigar, sólo para descubrir lo poco que sabe sobre las profundas perturbaciones escondidas en el pasado de la mujer que ama.Narrada con talento y emoción, la historia principal de esta novela se fragmenta en otras que se anudan a través de personajes llenos de matices, y se cierra con un final bello y esperanzador, digno de un libro intenso y hermoso.

Una atípica novela social. Una apasionante trama de suspense, con el telón de fondo de la crisis del neoliberalismo y las protestas contra la globalización. Río Fugitivo vive la semana decisiva de una revuelta popular contra la subida de las tarifas de energía eléctrica hecha por una multinacional. A las tradicionales manifestaciones callejeras, se suma una nueva forma de protesta para un nuevo siglo: la guerra electrónica, los virus informáticos. En este enfrentamiento se entrecruzan los destinos de varios personajes: Kadinsky, hijo de un minero relocalizado, es el mítico líder de un grupo de hackers que combate al gobierno y a las transnacionales; Albert es el fundador, en tiempos de dictadura, de la Cámara Negra, organismo de seguridad del Estado encargado de descifrar las claves y códigos secretos de los opositores; y Miguel Sáenz -conocido como Turing- es el más famoso descrifrador de códigos de la Cámara Negra, que comienza a sospechar que su trabajo durante la dictadura no fue tan inocente como él creía. Edmundo Paz Soldán ha escrito el complejo capítulo contemporáneo de la vieja lucha entre los creadores de mensajes secretos y sus descifradores, entre los opresores y los oprimidos.

Esta obra constituye un alegato para que se respete, y hasta para que se acoja el trabajo subjetivo en acción en el delirio. Antes que fragmentar el estudio del delirio en diversas formas independientes, y en vez de privilegiar un momento en el desarrollo de aquél, este libro invita a su comprensión global, considerando que el tener en cuenta todas sus fases evolutivas es una condición imprescindible para despejar su lógica.
El delirio es un problema psicopatológico, pero antes que eso concierne a la condición del ser humano en inmediata y perenne relación con la realidad social en la que ha de ser alguien. No "se cae" en el delirio; al delirio "se llega". El hombre no está instalado en la realidad en condiciones de captarla e interpretarla objetivamente. Su visión egocéntrica (la realidad "desde él") y egotista (la realidad "a su modo") son los dos factores de distorsión básica de la realidad (y de sí mismo), insubsanables. El hombre está, pues, instalado en el error, un error que "le conviene" porque gracias a él hace de la realidad que hay la realidad que desea, no necesariamente la adecuada. El error como atributo del hombre da continuidad al juicio normal y al delirante sobre la realidad y sobre él mismo. Aunque los casos extremos muestran la apariencia de una tajante separación entre unos y otros, los casos intermedios son los más.

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